Es bien conocido que los habitantes de esta región se dedicaban al pastoreo y a la elaboración de queso, los poblados Celtas y Vacceos de la cuenca del Duero como los primeros artesanos del queso, sin embargo, debemos considerar el origen de este producto en nuestra región a la edad del bronce, en los asentamientos prehistóricos de la Edad de Bronce en la que se han encontrado «queseras» o también denominadas «encellas».
El primer documento escrito en lengua romance que data del año 980, escrito por el hermano Semero, despensero del Monasterio de los Santos Justos y Pastor de Rozuela (León), la célebre Nodicia de Kesos, llamado así por ser las palabras que encabezan el documento, es un breve apunte que recoge las anotaciones, para rendir cuentas de las piezas de queso gastadas, explicando el motivo de cada gasto.
Durante muchos años ha sido un objeto de pago como muestra los documentos que se conservan en el Monasterio de San Zoilo, de Carrión de los Condes (Palencia), en los cuales se recogen los pagos realizados por los campesinos a modo de rentas, en los años 1.560, 1561 y 1562 , no se percibieron pagos de rentas con quesos, se percibieron en dinero y en especie de trigo, cebada, vino y menudos.
En 2013 la Federación Castellano Leonesa de Industrias Lácteas propone la tipificación y diferenciación de la marca "Queso Castellano", para poder dar un impulso a la creación de una figura de calidad a nivel europeo (IGP) que avale primero y permita después, la comercialización en Europa de un queso de reconocido prestigio, calidad y valor.